En esta ocasión ha sido la villa del Románico, Santillana,
la que recorrimos los aguinalderos en la tarde de ayer. Como nos temíamos,
apenas vive gente en las casas del casco urbano: es un decorado para rodar
películas y hacer fotos más o menos bonitas, sobre todo pensado para los
turistas. Ni un céntimo sacamos de entre tan vetustas piedras.
Tuvimos que repetir el itinerario de años pasados:
recorrimos Herrán, donde sus amables vecinos, tras soportar nuestros graznidos,
nos obsequiaron con dos o tres polvorones y 89,19 euros que sumamos a la
cuenta. Durante el recorrido se oyeron menos perros que en Villapresente, quizá
porque habían muerto congelados por la gélida temperatura que nos acompañó.
Sirva como prueba el cartel que había en la puerta de un bar de Herrán y que
reproducimos en esta entrada.
La próxima convocatoria es para el 4 de enero, domingo, a
las 18 horas en el Colegio Quirós de Cóbreces. ¡Que se preparen los vecinos de
la costa! (Y que nadie les avise de que vamos). Los aguinalderos que no puedan
asistir deben comunicarlo con antelación.